Estoy llegando
Hace tantos años que no la veo... No me puedo creer que
aun no me haya olvidado... Que me siga queriendo... Que
me siga enviando mensajes...
Ojalá pudiera verla... Abrazarla como si no hubiera un
mañana... Contarle cosas... Poder preguntarle que como le
ha ido el día... Por desgracia estoy atrapado, no puedo
escapar...
Hace 8 años que no la puedo ver... 8 largos e interminables
años... 8 años de su vida en los que no he podido pasarlos
junto a ella... La hecho tanto de menos...
Apenas sé como es... Cómo es de guapa ... Cómo es su
personalidad... Ni siquiera sé si ella me está esperando o
simplemente se rindió y tiró la toalla para siempre...
¿Porqué?... ¿Porqué el mundo me trata así? ¿Porqué no
puedo estar a su lado?... ¿Cuánto he de esperar?...
Solo necesito verla sonreír una última vez... Entonces...
Entonces ya podré morir en paz... Ya podré sentirme libre...
¿Tanto pido?
Solo quiero que sea feliz...
No te apures mi princesa... Estoy llegando...
jueves, 19 de noviembre de 2015
miércoles, 4 de noviembre de 2015
SOLO UNA
Yo nunca fui así, lo
juro. Antes nunca habría engañado a nadie, no les habría
manipulado para conseguir arreglar algo que fue solo culpa mía.
Me ilusioné demasiado con
mis logros, nunca antes me había sentido así; siempre me había
sentido como un inútil y... por una vez en toda mi vida había
conseguido algo que nunca nadie lo consiguió antes.
Lo intenté muchísimas
veces, y lo conseguí, pero no supe que eso supondría cometer el
mayor error de mi vida: Ignorarla.
Ella se fue y yo me quedé
solo en este mundo, no tenía a nadie más, estaba desesperado,
entonces me ocurrió algo, fue como un milagro. La persona,
aparentemente, más poderosa del mundo me ayudó, me acogió en su
casa y me enseñó a leer la mente de las personas. Eso tendría
consecuencias como no poder estar en el mundo físico sin un cuerpo.
Estuve tres años aprendiendo, y entonces los pensamientos de ella
volvieron, no podía evitarlos pasara lo que pasara. Me fui, no sabía
como decírselo, entonces le dejé una carta explicándole que tenía
que ir a buscarla, que la echaba mucho de menos. Sigo sin saber como
se lo tomó.
Estuve buscándola durante
mucho tiempo, no sabría decir cuanto, tuve que engañar a mucha
gente para conseguir llegar al mundo físico, nunca lo había hecho
antes, y me sentía fatal por ello. Se lo compensaré algún día, se
lo debo.
Cuando conseguí llegar al
mundo donde estaba ella, la seguí buscando, y cuando ya llevaba unos
días, me crucé con una amiga que nos conocía a los dos, y gracias
a esa amiga volví a verla.
La tengo delante, con el
invento que nos separó en las manos. Ella tiene una cara
inexpresiva, sé que quiere perdonarme, abrazarme... También sé que
me ha echado de menos.
No sé que decirle, pero
ella comienza diciendo:
- Lo siento...
- No, la culpa es mía... - Le digo
Miro sus ojos, azules
verdosos, preciosos como los de nuestra madre. Ella está más guapa,
como siempre igual de alta que yo, Ella, mi gemela, mi hermana, la
persona a la que llevo buscando tanto tiempo... Y sin pensármelo dos
veces le digo:
- Me he dado cuenta de una cosa... Inventos tengo muchos – Cojo mi invento y lo rompo en dos – Pero... Hermanas... Solo tengo una...
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